TERAPIA

Qué suerte tengo. El año pasado encontré en los Villares gente con la que se podía hablar, gente que te entendía cuando le contabas tus cosas (sobre topo Marisol y MJ), pero es que este año me ha pasado lo mismo. El coche en el que viajamos está guay; nos sirve a todas para descargarnos, acordarnos de la familia de algunos y para contar nuestros problemas, y eso es lo bonito, que tengamos gente que, aunque no pertenece a nuestra vida particular, puedes confiar en ellas y en escuchar sus consejos, porque es verdad que a veces nos cegamos con algo y no vemos más allá de nuestras familias. Así que, me alegro de que MJ siga ahí y de haber encontrado nuevas compañeras de viajes y aventuras.